ARTE
El
arte romano se manifiesta principalmente en la arquitectura aunque
también existen magníficas esculturas y pinturas de este periodo. Se
expandió por todo el imperio romano y a lo largo del Mar Mediterráneo,
con el objetivo de destacar las hazañas y virtudes de los emperadores.
Arquitectura
Las
manifestaciones arquitectónicas eran monumentales, de grandes
dimensiones. Se construían para resaltar la grandeza del imperio romano.
Es una arquitectura práctica, es decir, cada construcción estaba
destinada para algo: asambleas, espectáculos, política, templos, etc.
Destacan
los monumentos destinados a la diversión. Entre ellos podemos encontrar
las termas, edificios para el baño en piscinas, o también los teatros,
anfiteatros y los circos.
Los
romanos fueron grandes ingenieros, realizaron importantes obras
urbanísticas como por ejemplo: puentes o acueductos. En España existe
uno de los acueductos más importantes y mejor conservados: el acueducto
de Segovia.
Escultura
En
la mayoría de casos, la escultura se utilizó con el objetivo de decorar
los edificios y monumentos. Los escultores romanos desarrollaron dos
géneros propios: el retrato y el relieve histórico.
El
retrato imperial adopta mucha importancia, se destacan a los gobernantes
del momento y a personajes muy reconocidos. Las obras se realizan de
forma fiel a la realidad, es decir, tal y como eran esos personajes.
El
relieve histórico se caracteriza por contar en sus dibujos hechos que
ocurrían en ese momento. Un ejemplo muy importante es la Columna
Trajana, en la que se narra con relieves la conquista de la Dacia por
las legiones del emperador Trajano.
Pintura
La cultura y el arte de Grecia fueron los referentes de la pintura
romana. Las escenas mitológicas y la representación de ritos religiosos
se fueron incorporando en el arte romano. La pintura se caracteriza por
ser realista y por la utilización de diversos colores en las obras.
También se intenta representar a los personajes con mucho detalle y
precisión.
A partir del siglo I a.C. las obras de arte
se introducen en el interior de las casas, palacios, edificios públicos y
religiosos, retratando escenas de la vida cotidiana.
También
aparecieron los mosaicos que representaban temas de la mitología y la
pintura de Grecia. Aunque más adelante, se cambiaría esa temática por
otra que tuviera mucho más detalle, que se pudiera representar con
colores muy vivos y que incluyera dibujos vegetales o figuras
geométricas.
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