Las
fiestas romanas consistían en uno o varios días de celebraciones consagrados a
los dioses. La mala suerte,
enfermedades, catástrofes naturales, derrotas en la guerra..., eran
consecuencia de una mala relación con los dioses. Las fuerzas divinas debían
ser aplacadas con sacrificios, oraciones y procesiones. El poeta romano Ovidio
escribió un calendario poético llamado Fastos donde describe las diversas
fiestas romanas y las leyendas relacionadas con cada una de ellas. Escribió un
libro por cada mes del año de los que sólo se conservan los seis primeros.
Algunos
ejemplos de fiestas son:
Saturnalia
Fiesta
dedicada al dios Saturno que celebraba el final del año. La fiesta se empezaba
con un sacrificio en el Templo de Saturno o en el Foro Romano en honor al dios,
y después se realizaba un banquete público. Los romanos intercambiaban regalos
y festejaban con vestimentas diferentes y un ambiente de carnaval.
Vulcanalia
La
vulcanalia era una festividad realizada el 23 de agosto de cada año en honor al
dios del fuego Vulcano. Durante las fiestas, se creaban hogueras en honor al
dios, en las cuales se sacrificaban peces. Era también habitual el crear formas
con las luces de velas y antorchas, pues Vulcano era el dios del fuego, las
herramientas y la forja.
Augustalia
Las
Augustalia eran unas fiestas romanas que se celebraban en honor del emperador
Augusto.
Se
celebraron por primera vez en el año 19 a.C. para conmemorar cuando Augusto
regresó a Roma, después de haber establecido la paz romana en Oriente. Entre
los honores otorgados, sólo aceptó un altar dedicado a la diosa Fortuna, que le
había respaldado.
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